jueves, 23 de diciembre de 2021

N°1

 Con un faro sin luz

Y sin puerto donde arribar

En este embravecido mar

Abandono la pesada barca

Ellos sabrán qué hacer conmigo

Yo querer, no quiero nada


Con la pena como abrigo

Echo al mar más agua salada

¿Quién comprende al vencido

sin saber de su derrota?

Será el concepto de nada

Que desde el interior furioso brota


Y allí espera el horizonte

Con un cálido sol deslumbra

Hecha luz a los vestigios

De tantos bellos prestigios

Dejando atrás la penumbra


Es el destino una expresión

Que recibe con un abrazo

Reconoce otros zapatos

Y con paciencia ata sus lazos

La mirada sin objeto

Un acto de amor obsoleto

Volverá el tiempo perdido

En la lírica de un soneto




domingo, 14 de marzo de 2021

Virtud

 Hoy me vi y fui arte.

Por un instante temblé en el éxtasis y caí en la cuenta de la finitud de las cosas.

Que perseguimos de rodillas un propósito y la recta final: no traicionar la esencia.

Pero es tan dulce caer en el error. Es el precipicio donde el deseo vuela.

Hoy me vi y fui libre.

Aunque estoy atada de pies y manos a una ilusión.

Se que te gusta sentirme así, rozando el filo con los dedos.

Oscilando en la plenitud de un viaje del que no quiero volver.

Ya me fui pero acá estoy, siendo fiel a la tormenta.

Porque en la intensidad del ser y en la levedad de las palabras, nos hacemos uno.

Entender no es suficiente cuando se precisa caminar en zapatos ajenos, pero, ¿Quién ocupa tu lugar cuando estás en el lugar del otro?

Cuando lo que se cree propio es más impropio de lo que parece, cuando el ansia de poseer cae, se pierde el poder como quien mira tras un cristal empañado.

Una tabla rasa que hace frente a lo inestable de tus miedos. Y la pasión no alcanza.

Para vos todo, porque te hace bien. Para mi un poco, pero yo te hacía mal.

En la transición del pecado al martirio se huele la mentira.

Porque quien oculta su dualidad, oculta un alma al mundo.

Hoy me vi y fui prosa.

Medicina etérea para un cuerpo cansado.

Y no hay nada como lo que soy cuando somos. Y no hay nadie con quien seas como buscas ser.

Mañana resuena en la distancia como el eco de una novela. Ficción que se confunde con lo real y los límites se borran.

Dame aire para desaparecer. Dame un segundo para respirar. Dame paz que ya tengo guerras. Y el resto será eterno. 

martes, 24 de febrero de 2015

Farewell, foliage

A veces voy por la vida pensando que debo hacer todo lo que hago y de la mejor manera: la más honesta, la más dedicada, la más destacada; porque así, a fin de cuentas alguien lo va a reconocer y lo va a apreciar con la misma fuerza con la que yo lo hago. Siento que no tengo que abandonar antes de tiempo y que tengo que ir contra viento y marea, porque tengo que dar el ejemplo, porque tengo que transgredir lo que los demás establecieron. Tengo que hacer historia en la historia del otro. Tengo que lograr mover las piedras, cambiar el rumbo de las cosas, ser determinante, avasallante. No sé si se trata de ser diferente o de ser idiota sin querer. Y es entonces que puedo admitir que lo que más me molesta de mí, es la falta de amor propio. Años de terapia y experiencias de vida me hicieron dar cuenta de que ahí está el error, y es luchar contra eso todos los días; porque tengo el diagnóstico pero no la cura. Desconozco cuándo fue que cambió todo, que cambié yo, que empezó a desanimarme absolutamente todo, excepto las ganas de ir directo a lo que me hace mal.
Nadie creería que es la segunda vez que me pasa, ni tampoco creerían que no aprendí nada. Ni yo puedo entender qué es lo que estaría faltando para no volver a pasar por lo mismo. Todo lo que creo saber o todo lo que incorporo solo me provee de estrategias para optar entre lo que me daña y lo que puede hacerme más daño aún.  Nada de lo que decido es sano.
Mi vida es una novela, donde yo soy la mala y la heroína a la vez. En mi fantasía destruyo lo que amo para que no pueda ser sin mí. Y ahí está todo el egoísmo que no puedo hacer real. En mi fantasía me puedo expresar, me puedo vengar, puedo gritar e incluso ganar. Y ahí está todo lo que no puedo endurecerme para dejar de llorar cuando debería imponerme.
La vida me da chances y el tiempo necesario para cambiar, así y todo no sé qué hacer con ello. ¿Qué más puedo pedir si conozco las herramientas necesarias para empezar de nuevo y ser feliz pero me niego a usarlas?

Lo único que puedo decir es que estaré eternamente esperanzada en generar lo imposible, aunque eso me consuma de a poco. Si tan solo lo pienso, lo idealizo, me completa, me motiva, me deja satisfecha. Daría lo que fuera por animarme y estimarme un poco más. Dejar de querer todo y empezar a optar. Dejar de pensar en qué hubiera pasado si yo no hubiera estado ahí, si no hubiera dicho esas palabras, si no hubiera reaccionado de esa forma, si no hubiera dado esa oportunidad. Tan solo a veces hay que hacerse desear y estar ausente. Es soltar y dejar ir. Es soltar y dejarme ser.


miércoles, 30 de abril de 2014

Progresivo

No es un hoy, es un ayer constante; y fue un error el que nos condenó. Es entonces que mi único recurso disponible es intentar ser clara a través mil metáforas, no porque así lo quiera, sino porque así me lo pidieron.
Qué bueno es saber que se tienen más dudas que certezas.
Esa dicotomía entre enfrentar tus impulsos, o asumir mis debilidades. Qué le hace una mancha más al tigre...la belleza que destila verte ser sin condición.
Y es amar y reventar, sin recomponer los pedazos. Y es amar sin lo esencial.
Aprender cuesta la integridad que el desentendimiento otorga; y es inestable pararse con un pie adentro y otro afuera de la cuestión. Las mejores decisiones se toman en tierra firme; para después naufragar en felicidad.

lunes, 22 de abril de 2013

Hasta el final


Frente al mar te guardé mis secretos en algún vacío del corazón. Hoy quisiera volver a buscarlos pero te fuiste con ellos, muy lejos. Y te pedí encarecidamente que permitieras que siga mi vida, por todas esas promesas no cumplidas, y la amargura del desencanto. ¿Cuál fue la falla en esta historia?, ¿Qué tiene el abandono que yo no pueda darte?, ¿Cuán solo te sientes que yo no pude acompañarte?
En cada noche de absoluta perdición, me dejé llevar y te miré a los ojos intentando encontrar la respuesta de un aquí y ahora perdido en el tiempo, de un montón de palabras sin fundamento. Una predecible decepción que fue fuente de inspiración, para plasmar en retorcidas metáforas y oraciones sin punto final; mis ganas de desaparecer, desvanecida en la retórica.
Hoy me encuentro carente de significantes, que puedan darle un nombre a esta sensación, de tenerte ahí, mientras converso con la basta inmensidad de mi cama. Resignificando sentido por sentido, lo que solía ser de nadie análogamente ahora es nuestro. Y seguirás siendo lo que nunca fui, en potencia. No pretendas que me olvide lo fugaz de tu sonrisa, de la cual me atribuí la causa, en algún momento de sinceridad plena, pero tu preocupación inundaba el espacio que recorríamos de la mano.
Te abracé para que sintieras que no iba a dejarte, a pesar del daño que causabas, erosionando cada fragmento de mi ser, y me arriesgué para que sintieras que de algo valía, apostar a entregarse sin miedo a perder.
Sólo espero que hayas aprendido que fui incondicional, mientras te hacías uno con el sufrimiento esperando el peor desenlace. Partícipe de tu tragedia, pero no cómplice de tus decisiones. Hoy, mañana y para siempre me va a costar perdonarte; pero te agradezco por enseñarme a estallar en luz como un astro difunto, esparciendo en el cosmos la esencia de creer. Creí en vos.


lunes, 4 de febrero de 2013

Cursiva dolor


El recuerdo de una sensación me ha hecho sonreír, y esta cursiva dolor se enreda entre delirios. De mis ojos brotaron fuertes tormentas pero nunca dejé atrás la posibilidad de ser. De la mano del viento, la nada misma me ciega y me tienta a buscar más. Hoy me quiero perder, hoy no quiero volver. Olvidé mi nombre en algún cajón roto y extraño el sabor a mentira de tantas promesas.
No se puede expresar en palabras la noción de un vicio. Mirarte y destruirte. Reinventarte en mí.
Hasta que de una vez entendí, que se trata de trascender el acto, paralizar el tiempo  y proyectarse en alas de papel. Las cartas que nunca leí fueron fuente de inspiración e inventé una canción por si acaso regresabas.
El indicio de que algo falló, la mirada que penetró; hoy resultan en locura, y tal vez me amaste…a tu manera.
Fascinada por la fragilidad, el sol trasluce tu cristal. Afuera se ve nublado, adentro, quisiera estar.
Y por cada “si” que traduzco en “no” te alejo de mí sin querer, no necesito verte para sentirte. Se fusionan los fragmentos de dos historias pasadas, a la espera de una razón que sustente esas ganas de huir. Hoy el miedo me constituye y destiñe en mi esencia un dejo de placer. La costumbre de errar y volver a empezar.
El desafío de quererte en una hoja en blanco e intentar seducirte en palabras, es un juego que propuse nunca acabar. Letra por letra nos deshacemos en el calor de la incertidumbre, y mañana cuando despertemos, tan juntos pero tan ausentes, nos dejaremos caer en un nuevo interrogante que constantemente evitamos responder.


sábado, 19 de enero de 2013

Profundidad


Cuando los límites han desaparecido y ya no hay nada que ofrezca contención, temes desaparecer, tras seguir el rastro de barcos perdidos.  Y ser consciente de la inutilidad de los actos, y de la profundidad de la herida. Es cuando me siento a escribir.
Me confié de una fortaleza que nunca tuve, o no sé dónde perdí. No corrijas mis errores, es que no quiero aprender. Para qué releer, para qué revisar. La terquedad me corrompe y es un vicio peligroso. Como si un placer etéreo inundara mi ser cada vez que te pienso. Hay algo que no quisiste entender, y es que estábamos destinados  a coexistir; pero nos evaporamos en cada lágrima…así de efímeros como nuestro encuentro. Y entendí que tenía que irme, aunque me hubiese gustado tanto quedarme; pero me llevo conmigo la más dulce tragedia: haber caído en la tentación de un final anunciado.
Intentando esconderte como uno más del montón, es innegable que has roto mis esquemas, y no comprendo aún, cómo es posible que haya tanta diversidad de maravillas en tu ser.
Así como un engaño de los más perfectos, adormeces las tristezas y enseñas a querer; para luego perturbar hasta desvanecer el ánima. Te regalo el más sentido de mis suspiros, en tránsito de extinción.  Quema respirar cuando se emerge del agua, y prefiero ahogarme hasta anestesiar cada memoria. Ya no existe rincón del cuerpo que se pueda ocultar, cuando tus manos han desatado el nudo de la calma: la catástrofe que nos lleva a hacer el amor.
Se posa sobre mis labios el principio de locura, y no hay palabras  que se resistan a embriagarse en un vaso de alcohol. Perdón por no poder ser aquello que tanto buscabas. Y yo no buscaba nadie y te buscaba a vos.
Hoy voy a negar que alguna vez te he mirado, aunque cierre los ojos y estés ahí.