Qué tal? Acá estoy, despidiendo un año, el 2010...que tantas idas y vueltas me trajo.
Si. Idas y vueltas. No hay mejor expresión para definir lo que fue mi 2010.
Mucho tiempo balanceándome entre la incoherencia y la cordura, entre la decisión y la indecisión.
Aunque también es preciso aclarar que no sólo provino todo esto de parte mía.
Naufragué, solitaria en la inocencia del perdón y en la inhóspita espera. Me aferré a una esperanza.
Y nada cambió.
Y hoy eme aquí impaciente por encontrarme un nuevo ciclo que me traiga lo que por momentos aprecio como felicidad. Se acercan momentos duros, y como de costumbre, tendré que retomar la confianza en mí y enfrentarlos sola.
Conocí la obsesión y la estupidez, que en mi caso fueron de la mano; y me llevaron a accionar de maneras impensadas y delirantes. Dí todo y más: como un montón de papeles arrojados al viento.
Y acabé eternamente confundida, como un predecible final.
¿A quién debería agradecer?, ¿A quién debería despreciar?. No lo se.
Y para terminar; si tuviera que aplicar lo que la gente me enseñó en esta etapa sería sin dudas una persona:
egoísta, conflictiva, indecisa, insegura, insensible, olvidadiza, suspicaz, etc.
Pero hay un requisito que no podría cumplir, porque yo nunca me encuentro primera en mi propia lista, y en consecuencia lo perdí todo. Es algo que nunca nadie va a entender. Porque siempre piden más sin importar cuánto a uno le cueste.
Feliz año 2011. Les deseo lo mejor. Empiecen con positivismo, ganas, proyectos. Supongo que ahí afuera hay muchas cosas para hacer. Encuentren su lugar.
"Nadie entiende que lo has dado todo. Debes dar más" (muy cierto)
ResponderEliminarAbrazo, Ucrania